Un trastorno social es lo que conocemos popularmente como fobia social o ansiedad social. También puede referirse a un miedo específico conocido de esa forma. Se hace necesario entonces crear no una sino dos definiciones para entender el tema.

Trastorno Social

Lo primero a definir es que es una fobia. Una fobia es un trastorno de ansiedad derivado de un trauma o de la propia ansiedad que pueda sufrir una persona. No es un miedo en sí, es un temor fuera de lo racional a una situación o cosa.

No es que el elemento al que se le teme no se le deba temer. Una fobia parte de un trastorno de ansiedad que no permiten al cuerpo responder de manera idónea a ese miedo. Así termina escapando del sentido común y el raciocinio.

Ahora bien ¿Qué es un trastorno social o de ansiedad social? Es un trastorno metal crónico. Las personas que sufren de este mal ven su capacidad para interactuar con otras personas mermadas por sus propios miedos.

Es una verdad en la mayoría de los casos que las personas sentimos algo de miedo normal al encarar una nueva interacción. Sin embargo, para las personas que sufren de este trastorno una mala reacción es un hecho prácticamente seguro.

Es sorprendente la cantidad de gente que sufre de ansiedad social o de algún trastorno mental parecido. Debido a esto es importante entender sus fuentes, orígenes variados y posibles tratamientos.

¿Cuáles son los síntomas de un Trastorno Social?

Reconocer los síntomas no es algo sencillo. Hay que recordar que cuestiones como la timidez y la incomodidad no son síntomas. Es normal sobre todo en niños sentir ese tipo de cosas ante una interacción social.

Un trastorno social produce una serie de señales internas y externas que pueden afectar la salud de manera grave. Desconectando poco a poco al individuo del mundo exterior para evitar las interacciones.

Tiene tres síntomas principales. A partir de ellos, se derivan el resto de las clásicas señales de un trastorno social. Que no son más que combinaciones o profundizaciones de ellos. A continuación los síntomas:

Miedo

El miedo es la sensación de angustia e impotencia ante un peligro que puede ser real o imaginario. En el caso de cómo se desarrolla ante la presencia de un trastorno, funciona como el detonante del resto de los síntomas.

La sensación de desconfianza que produce el miedo que suele estar en la mente de las personas con ansiedad. Básicamente sin ningún fundamento. Hace que se manifiesten varios temores generales:

Temor a ser juzgado

Se tiene temor a estar involucrado en cualquier situación que pueda ser vergonzosa. Pero no limitado a un pudor superficial. Esto causa una angustia real a los pacientes. Lo que lleva a la incapacidad de desafiar situaciones de la vida diaria.

Algunos pacientes con Trastorno social no pueden ni siquiera comprar víveres. Una actividad tan sencilla es imposible de percibir para ellos sin verse agobiados por el temor a que los juzguen incluso por lo que compran y como lo solicitan.

Temor a que noten tu ansiedad

Uno de los miedos más particulares que se desarrollan es el que noten tu ansiedad. Porque implica reconocer la existencia de la misma, pero el paciente en vez de tratarlo como una enfermedad lo reconoce como un defecto.

Así este temor es de los que causa más impotencia. Hace sentir a la persona incapaz de resolver sus propios problemas y además se reconoce a sí mismo como una amenaza para su entorno lo que degrada su autoestima.

Temor a hablar con personas extrañas

El miedo más común es a interactuar con otras personas extrañas al entorno. Por supuesto, es el más reconocible. Esto suele afectar las conexiones interpersonales que puede hacer el individuo.

Quienes sufren este síntoma ven gravemente afectada su vida privada, social e incluso familiar. Se crea problemas de confianza y autoestima.

El paciente con temor a las interacciones es incapaz de conocer personas nuevas. Incluso cierra su círculo pudiendo sacar de el a quienes ya les tenía de confianza. Es de los síntomas que hacen a los individuos menos funcionales.

Temor a tener síntomas físico perceptibles

Este miedo está muy relacionado con la percepción. El paciente se ve a sí mismo como una especie de paria. Al conocer su trastorno evita las interacciones. No porque le incomoden per se, sino para que no reconozcan su mal.

Lo interesante de estos casos es que no se tiene mucha información acerca de la enfermedad. Por lo que la mayoría de las personas no tiene ni idea de cuáles son los síntomas de la ansiedad.

Este miedo se combina con el síntoma que se explicará a continuación, la evasión. Y termina por aislar al paciente de la vida social.

Evasión

Visto desde el punto de vista psicológico. La evasión es un síntoma muchas veces relacionado a los pacientes con negación. Sin la habilidad de enfrentar el trastorno o problema que lo aqueja recurre a simular que el mismo no existe.

Para los individuos con ansiedad social la evasión funciona un poco distinto. Aunque no se aleja demasiado del concepto ya mencionado. Más que negación, los ansiosos intentan alejarse de cualquier situación que consideren incómoda.

El problema reside en que algunas de las situaciones no son ni siquiera de conflicto. Fiestas, reuniones de trabajo, citas sociales o románticas, compras, citas médicas. Lo que pueden considerar “incómodo” puede llegar a aislarlos.

Los siguientes síntomas encuadran específicamente dentro de la evasión:

Evitar ciertas actividades o personas

Es posible que el detonante del trastorno social sea cierta relación personal o cierta actividad que implique interacción. O puede que la persona o actividad provoque que la ansiedad se intensifique.

Así, el que padece de ansiedad social intenta por cualquier vía evitar la actividad o persona estresante. No confronta el conflicto. Por lo general, solo termina postergándolo.

Este síntoma puede provocar que el paciente renuncie a una actividad que antaño le causaba placer. Afectar su vida laboral. Lo peor del asunto es que se priva a si mismo de disfrutar de ciertas cosas por encasillarse en su trastorno.

Evitar ser el centro de atención

Puede que una persona no sienta la necesidad de ser el protagonista. De destacar entre los otros por lo que dice o hace. Pero siendo así es su decisión. En el caso de los trastornos sociales la situación difiere.

Quien sufre de ansiedad social puede presentar como parte de sus síntomas. El percibir cualquier situación en la que se le sitúe como el centro de atención como algo que lo expone al peligro y a los prejuicios.

Así, Los pacientes desarrollan como método de defensa vicios poco saludables. Pueden llegar a reducir intencionalmente su rendimiento en el trabajo, deporte o arte. Solo para evitar ser el centro de atención.

Es un síntoma que ataca al potencial del individuo y ha de terminar mermando su autoestima. Al verse incapaz de progresar, obstaculizado por sí mismo en una actividad en la que de hecho es bueno, se frustra y deja de ser eficiente.

Termina teniendo la certeza a pesar de que no es cierto. De que es un bueno para nada en la actividad en cuestión para la que estudio o se preparó.

Ansiedad

Aunque la denominación propia del trastorno es ansiedad social, es también un síntoma propiamente dicho. Visto no como un trastorno sino como una reacción del cuerpo.

La ansiedad es un estado mental de excitación, caracterizado por un sentimiento de inseguridad y expectativas no exactamente positivas.

El individuo ansioso no puede responder a las interacciones de manera funcional. No lo hace desde el sentido común sino desde escenarios ficticios creado por ese cúmulo de sensaciones poco saludables.

Vale la pena mencionar que el sentir ansiedad ante ciertas situaciones no implica padecer de un trastorno social. Sin embargo, si esta situación es muy repetitiva no está de más visitar a un especialista.

A continuación los síntomas específicos que nacen en la ansiedad:

Miedo o ansiedad en situaciones sociales

La fuente de este síntoma ciertamente es la ansiedad. Sin embargo, puede tener como consecuencia que se evite situaciones de este tipo. Consiste en el miedo irracional producido por estar expuesto a situaciones con interacciones.

El entorno completo, las personas, los lugares donde se desarrollan, todo es visto por el paciente como una amenaza. Este síntoma se manifiesta de forma física. Ya que la situación en si permite que sea perceptible.

Desde hiperventilar, hasta ataques de ansiedad, claustrofobia y antropofobia. Son de los síntomas o padecimientos físicos que pueden llegar a manifestarse a partir del miedo en una situación social.

Ansiedad previa a situaciones que pueden dar miedo

De los síntomas más comunes. La ansiedad previa a una situación en la que posiblemente se sienta miedo. La forma más vista de este síntoma probablemente sea el miedo a hablar en público y el pánico escénico.

La ansiedad sentida no permite al individuo aplicar lo que sabe de ciertas actividades. Su cuerpo responde de manera torpe a algo a lo que debería estar acostumbrado.

Analizar su desempeño luego de una interacción

La ansiedad hace que las personas que sufren un trastorno social ponderen demasiado sobre todas sus relaciones. Aunque la persona tenga aun la capacidad de someterse a situaciones sociales le afectan demasiado.

Determina su propio desempeño en la situación social a partir de estándares que improvisa al momento. Lo que lo lleva a visualizar las interacciones como exámenes que termina fallando.

Este síntoma ataca la autoestima del paciente. Que siente constantemente que es una molestia para las personas. Termina aislándose, ya que las situaciones se vuelven incómodas para su persona.

Fatalismo

Uno de los síntomas que caracterizan a los pacientes con trastornos sociales es el fatalismo. No esperan lo peor. En realidad esperan algo mucho peor de lo que en realidad puede llegar a pasar.

La mente de una persona con ansiedad social es capaz de crear escenarios ficticios. En este caso con implicaciones mayores a las que en realidad tiene. Buscando y creando problemas donde no existe ninguno.

A parte de los síntomas ya especificados con sus subcuadro de síntomas. Existen una serie de signos físicos de que una persona padece de ansiedad social:

  1. Sudoración excesiva.
  2. Tensión muscular (puede notarse a simple vista al ver las manos sobre todo).
  3. Malestar estomacal.
  4. Enrojecimiento.
  5. Mareo.
  6. Nauseas.
  7. Taquicardia.

Tipos de ansiedad social

Se puede clasificar la ansiedad social en dos tipos:

Trastorno de ansiedad social generalizada

Es un trastorno severo. Resulta un obstáculo para el desenvolvimiento de la vida diaria. Los síntomas psicológicos y físicos pueden incapacitar totalmente a la persona.

Quien padece este nivel de trastorno de ansiedad social es casi incapaz de las interacciones más simples. Básicamente encuadra dentro de todos o la mayoría de los síntomas planteados con anterioridad.

Ve truncada totalmente su vida familiar, personal y laboral. Y si aún es posible para él o ella interactuar con otras personas. Le resulta una situación que pone una considerable cantidad de estrés sobre el convaleciente.

Trastorno de ansiedad social no generalizada

Es un trastorno más simple. Quien lo padece se ve afectado por el en situaciones puntuales. Como cuando tiene que hablar en público. Las situaciones que la causan se caracterizan porque son fácilmente evitables.

Quienes sufren de ansiedad social no generalizada pueden hacer su vida de manera normal. Pueden incluso no sufrir ningún síntoma o que éstos síntomas no afecten su desempeño como persona sino más bien que se acoplen a su personalidad.

Se puede afirmar que un gran porcentaje de personas ha sufrido de ansiedad social no generalizada. Y ello no ha provocado ningún problema que dificulte su vida cotidiana.

¿Qué origina los trastornos sociales?

El origen de los trastornos sociales se ancla a tres factores:

Genética

Si existen antecedentes de depresión, ansiedad social o enfermedades mentales en general dentro de la familia las posibilidades de sufrir un trastorno aumentan. Más aún si esto pasa dentro del núcleo familiar.

Cerebro

Conexo a la estructura misma del cerebro. Una parte de él, llamado núcleo amigdalino”, puede responder de manera exagerada a los estímulos externos relacionados con las interacciones humanas.

El núcleo amigdalino hiperactivo, al provocar una respuesta innecesariamente activa. Causa un aumento de la ansiedad en situaciones sociales.

Entorno

Un entorno familiar, laboral o emotivo tóxico. O con conductas tendientes a trastornos ansiosos puede ser una de las causas.

La imposición del miedo y la baja autoestima como modo de crianza. Crea en los niños este trastorno como método de supervivencia o reacción ante los estímulos negativos.

También la normalización de la ansiedad. Si los padres sufren de ansiedad sin diagnosticar o tratar es posible que se convierta en una serie de conductas aprendidas.

El entorno tampoco se limita a lo familiar. Una experiencia traumática o una imagen que llame la atención (negativa o positivamente) pueden detonar en el individuo un trastorno social.

¿Cómo se tratan los trastornos sociales?

El método más eficiente para tratar la ansiedad social es la terapia. En sus distintas modalidades. Son un proceso lento que ofrece al paciente el tipo de estructura y entorno saludable que necesita.

Otra opción es la terapia con ayuda de fármacos. Esto es recomendable solo si se determina que la persona tiene la imposibilidad de producir ciertos neuroreceptores por sí mismos, de resto no es recomendable.

Aun así hay ciertos medicamentos que han probado ser efectivos contra la ansiedad.

A parte de la terapia y los fármacos. Los especialistas suelen apoyarse y recomendar terapias alternativas como la acupuntura y la terapia con mascotas. Que junto con la terapia tradicional ha tenido gran porcentaje de éxito en trastornos graves.

Otras consecuencias de los trastornos sociales

A demás de lo que ya se dijo. Existen otras consecuencias  de no tratar los trastornos de ansiedad social, que pueden hacer aún menos llevadera la vida diaria:

  1. Abuso de sustancias psicotrópicas depresivas como la heroína y el crack.
  2. Problemas de ira y agresividad.
  3. Alcoholismo.
  4. Autoflagelación leve o grave.
  5. Suicidio.

Vaya que el trastorno social es uno de los más complejos de cierta manera. Es por ello, que siempre se recomienda asistir a un especialista de la salud metal para asegurarnos de que todo está en orden.