El trastorno de ansiedad social (también conocido como fobia social) se caracteriza por un miedo o ansiedad intensos a ser juzgado negativamente o a ser condenado en situaciones sociales o laborales.

Fobia social

Las personas con trastorno de fobia social tienen miedo de actuar o parecer ansiosas (por ejemplo, decir mal las palabras o sonrojarse) o de ser consideradas torpes, estúpidas o aburridas. 

Como resultado, evitan las situaciones sociales y de actividad y se sienten muy ansiosos e incómodos cuando ya no pueden evitarlas.

Muchas personas con trastorno de ansiedad social presentan síntomas físicos graves, como náuseas, palpitaciones y sudoración. Regularmente tienen ataques cuando se enfrentan a situaciones de ansiedad. 

Las personas con trastorno de fobia social pueden sentirse impotentes ante sus miedos, incluso si reconocen que sus temores son irracionales.

En Estados Unidos, este tipo de fobia afecta a unos 15 millones de adultos, lo que lo convierte en el segundo trastorno de ansiedad más diagnosticado después de las fobias específicas. La edad media de aparición es el principio de la edad adulta.

Las personas a las que se les diagnostica el trastorno suelen ser muy tímidas cuando son niños. Pero es importante saber que el trastorno de ansiedad social no se limita a la timidez.

Esta fobia puede tener un impacto significativo en la vida de una persona. Por ejemplo, las personas pueden rechazar ofertas de trabajo que les obliguen a entrar en contacto con gente nueva. También pueden evitar salir de copas con los amigos porque temen que les tiemblen las manos al beber.

¿Cuáles son las causas de la fobia social?

Aún se  desconoce la causa exacta de la fobia social. En este sentido, las investigaciones actuales apoyan la hipótesis de que está causada por una mexcla de factores genéticos y ambientales. Las experiencias y rutinas negativas también pueden favorecer al trastorno, por ejemplo:

  • Abuso sexual
  • Acoso escolar
  • Problemas familiares

Los trastornos físicos, como el desequilibrio de la serotonina, también pueden causar esta condición. La serotonina es una sustancia del cerebro que regula el estado de ánimo.

Este trastorno también puede estar causado por la hiperactividad de la amígdala (un tejido cerebral que controla las reacciones a los pensamientos y sentimientos de ansiedad o miedo).

Los trastornos de ansiedad pueden ser transmisibles. Sin embargo, los científicos no saben si siguen teniendo un componente genético. Por ejemplo, un niño es capaz de aprender un trastorno de ansiedad porque tiene un padre que manifiesta un comportamiento o trastorno.

Los niños que crecen en un entorno controlador o sobreprotector también pueden desarrollar trastornos de ansiedad.

¿Cómo se manifiesta la fobia social?

La fobia social va más allá de la timidez. Es un miedo que no desaparece y que perjudica el trabajo diario, la confianza en uno mismo, la comunidad, la unión y la vida estudiantil.

La mayoría de las personas tienen poco miedo a las situaciones sociales, pero los que padecen fobia social tienen altos niveles de ansiedad antes, durante y después de un evento.

Síntomas físicos

  • Agitación o escalofríos
  • Aturdimiento o mareos
  • Frecuencia cardíaca elevada
  • Imposibilidad para hablar
  • Náuseas
  • Se ruborizan
  • Sudoración excesiva

Síntomas psicológicos

  • Creer que el alcohol es necesario para hacer frente a las situaciones sociales.
  • Evitar situaciones sociales o tratar de retirarse cuando debería estar cerca.
  • La ansiedad puede hacer que falte a la escuela o al trabajo.
  • Miedo a pasar vergüenza en situaciones sociales.
  • Miedo en los días o semanas anteriores al evento.
  • Preocupación intensa por las situaciones sociales.
  • Temer que los demás noten que está tenso o nervioso.

Es común que las personas se sientan ansiosas. Pero si tienes fobia social, siempre tienes miedo de ser criticado o avergonzado en público. Esto puede llevarte a evitar todas las situaciones sociales, por ejemplo:

  • Audiencias de trabajo
  • Comer en lugares públicos
  • Compras
  • Conversar por teléfono
  • Responder interrogantes
  • Transportarse en transporte público.
  • Utilizar sanitarios públicos.

Es posible que no todos los síntomas de la ansiedad social estén presentes en todos los casos. Es posible sentirse menos ansioso o con ansiedad selectiva. 

Por ejemplo, si estás comiendo en un lugar público o hablando con un desconocido, esta señal sólo se mostrará una vez. Esta señal puede darse en cualquier situación social, incluso en casos extremos.

Tratamiento de la fobia social

Existen varios tratamientos para la ansiedad social. Las principales opciones son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC), dirigida por un terapeuta, para ayudar a identificar y cambiar los patrones negativos de pensamiento y comportamiento. Esto puede hacerse contigo y el terapeuta a solas, juntos, o con tus padres o tutores.
  • Autoayuda guiada, consiste en un manual basado en la TCC o un curso en línea que se sigue regularmente con la ayuda de un terapeuta.
  • Antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como el escitalopram y la sertralina. En la mayoría de los casos, no se utilizan para tratar a personas menores de 15 años.

En general, se considera que la TCC es el mejor enfoque, pero si no funciona o no quieres probarla, otros tratamientos pueden ayudar.

  • Grupos de apoyo, muchas personas que padecen fobia social reciben ayuda de un equipo de apoyo. En un grupo para personas con trastorno de ansiedad social, puedes obtener información imparcial y honesta sobre cómo te ven los demás miembros del grupo.

Esto puede ayudarte a comprender que las percepciones de juicio y rechazo pueden ser erróneas o distorsionadas. También puedes descubrir cómo las personas con trastorno de ansiedad social afrontan el miedo a las situaciones sociales. Algunas personas necesitan una combinación de tratamientos.

La fobia social puede extenderse más allá de los eventos sociales

Una persona con fobia social puede preocuparse únicamente por la anticipación de un evento social próximo. Tras el suceso, la persona puede volver a retomar las conversaciones y reevaluar su actuación. 

Pensar en estos sentimientos de fracaso social puede empeorar la situación y animar a la persona a evitar las situaciones sociales en el futuro.

Complicaciones comunes de la fobia social

Si no se trata, la fobia social puede provocar un deterioro significativo de la calidad de vida. Las complicaciones más comunes pueden ser:

  • Beber alcohol para hacer frente a la ansiedad en los eventos sociales
  • Dependencia del alcohol
  • Abuso de medicamentos con y sin receta médica
  • Complicaciones para establecer y mantener las interacciones
  • Oportunidades educativas y de empleo limitadas
  • Depresión
  • Pensamientos suicidas
  • Aislamiento familiar, amistoso y social
  • Rebeldía a salir de casa

Preguntas frecuentes

¿Cómo afectará la fobia social a mi vida?

El trastorno de ansiedad social impide a las personas vivir su vida. Puede ayudarte a evitar situaciones que mucha gente considera típicas. También puede ser difícil entender por qué a otros les resulta tan fácil salir adelante.

Evitar todas o la mayoría de las situaciones sociales es perjudicial para las relaciones sociales y personales. Además, puedes experimentar:

  • Baja autoestima
  • Depresión
  • Habilidades sociales deficientes que no mejoran
  • Pensamientos negativos
  • Susceptibilidad a las críticas

 ¿Se puede prevenir la fobia social?

Como este trastorno es un problema precoz, la identificación temprana y la planificación de la participación son esenciales para reducir su impacto en el desarrollo de los jóvenes ahora y en el futuro.

  • Es importante no evitarlo, sino afrontarlo, para que no se convierta en un hábito o en una táctica de afrontamiento.
  • Aprender a establecer objetivos realistas de cooperación social.
  • Interpretar y evaluar positivamente para cambiar los errores cognitivos que refuerzan o perpetúan la ansiedad.
  • Aprender a centrarse en las tareas y las relaciones sociales en lugar de en los sentimientos internos y los pensamientos negativos.
  • Reducir la evitación y el comportamiento defensivo y, en su lugar, fomentar la interacción social, el afrontamiento y el control.
  • Reducir significativamente la actividad somática o aceptarla si no se puede cambiar.
  • Reducir la anticipación de las situaciones sociales que provocan ansiedad social.
  • Aprender a adquirir y utilizar las habilidades sociales en situaciones en las que la persona tiene déficits.

¿Cómo afrontar la fobia social?

Es importante reconocer y comprender la fobia social. Existen técnicas para ayudarte a sobrellevar la situación, pero si no puedes hacerlo por ti mismos, vale la pena buscar ayuda. He aquí algunas sugerencias:

  1. Explica por qué quieres superar el problema. La primera forma de superar este miedo es encontrar y dar una razón clara y convincente de por qué quieres hacerlo.
  2. No te engañes y no lo justifiques. Somos seres sociales y cuando nuestro deseo de estar con otras personas choca con nuestras inseguridades, tenemos que tener claro quién debe ganar la discusión. Hay una diferencia entre elegir estar solo y elegir estar solo por miedo o ansiedad.
  3. Progreso y duración. Debemos ser conscientes de que, incluso cuando pensamos que estamos haciendo frente al miedo, podemos aumentarlo por ignorancia. Para superar el miedo, hay que tener en cuenta dos pautas claras: el progreso y la duración. Si no seguimos las dos pautas de progreso y duración, solo nos volveremos más sensibles y más ansiosos.
  4. Habla y no huyas. Si temes una evaluación negativa de tu trabajo o te sientes inseguro, no lo evites, pero intenta expresar tus preocupaciones a la persona que supervisa tu trabajo (jefe o compañero).
  5. Empieza a pensar que no tienes que hacer las cosas importantes tú mismo. Si crees que esto puede ser útil, considera utilizar un proceso de cambio con la ayuda de un psicólogo. Los efectos positivos de las relaciones sin miedo con las personas son inconmensurables. Determine si es el momento adecuado para cambiar y si hay una razón de peso para hacerlo. La psicología clínica ha demostrado ser muy eficaz a la hora de abordar estas cuestiones.

Fuentes