La ansiedad es una emoción que todos los habitantes del planeta han experimentado alguna vez, y ayuda al cuerpo a prepararse para efectuar algo importante. 

ansiedad

La sensación de ansiedad crea un estado psicofisiológico que activa fuertemente el sistema nervioso central y todo el cuerpo.

Se produce cuando hay que actuar en situaciones en las que hay que hacer un esfuerzo importante o sostenido. 

También para para superar amenazas o riesgos presentes o que pueden surgir en el futuro.

Así, cuando nos sentimos ansiosos, se producen cambios en varios sistemas de nuestro cuerpo que nos permiten actuar y reaccionar inmediatamente.

Estar ansioso es normal y, en general, saludable. Por ejemplo, si vas a una entrevista de trabajo o a un examen, es eficaz porque te hace sentir «alerta». 

Durante una entrevista o una prueba, pueden disminuir varias sensaciones físicas, como la aceleración del ritmo cardíaco o la sequedad de la boca.

También puedes experimentar estos sentimientos antes de una entrevista o examen, pensando que el entrevistador es demasiado exigente o que las preguntas son demasiado difíciles.

Saber que la ansiedad es una emoción común es un importante para las personas que la padecen. 

Esto puede cambiar sus objetivos, y en lugar de eliminarle, pueden aprender a controlar, tolerar y gestionarla de una manera más eficiente.

¿A quiénes afecta la ansiedad?

  • Las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir ansiedad que los hombres.
  • La incidencia aumenta entre los 15 y los 45 años.
  •  Suele ir acompañada de trastornos depresivos, que dificultan aún más su control.
  • Las tasas de hospitalización son más altas en la población de 65 años o más.
  • De todos los trastornos mentales de la infancia, este trastorno es el más recurrente.

Características de un ataque de ansiedad

Un ataque de ansiedad es una sensación abrumadora de miedo, preocupación, angustia o terror. Muchas personas experimentan los ataques de pánico muy lentamente. 

Pueden intensificarse cuando está a punto de producirse un acontecimiento estresante.

Los ataques de ansiedad pueden ser muy diferentes para las distintas personas y tener distintos síntomas. 

De hecho, los diferentes síntomas de ansiedad no se dan en todas las personas y pueden cambiar con la edad.

Los signos más comunes de un ataque de ansiedad son:

  • Debilidad o mareos
  • Dificultad para respirar
  • Boca seca
  • Sudoración
  • Escalofríos o sofocos
  • Inquietud y preocupación
  • Aprehensión o inquietud
  • Sentirse incómodo
  • Miedo
  • Adormecimiento y hormigueo

Los ataques de pánico y los ataques de ansiedad comparten síntomas comunes, pero no son lo mismo.

¿En qué consiste un trastorno de ansiedad?

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por sentimientos intensos de miedo, ansiedad y sobreexcitación.

Estos trastornos causan un malestar básico e interfieren en la capacidad de la persona para funcionar normalmente, independientemente de la edad.

Dependiendo del área de ansiedad o preocupación, pueden estar presentes uno o más trastornos.

  • Trastorno de ansiedad por separación. En este tipo de trastorno, el niño tiene mucho miedo de dejar a su cuidador porque teme que le pase algo y que no lo vuelva a ver

Por ejemplo, el niño se pone nervioso cada vez que su madre sale de casa, aunque esté con su padre. Comienza a llorar y piensa que algo malo le ocurrirá a su madre en la calle.

  • Trastorno de fobias específicas. Cuando una persona tiene mucho miedo a un objeto o situación concreta(inyecciones, aviones, alturas, insectos, etc.). 

Cuando una persona tiene mucho miedo a las situaciones sociales (hablar, ser visto en público, asistir a conciertos, etc.), se habla de un trastorno de ansiedad (o fobia social).

Un ejemplo de fobia específica es cuando una persona tiene miedo a las alturas y se pone muy nerviosa, temblorosa y se marea. 

El trastorno de ansiedad social puede ser causado por estar muy nervioso al interactuar con la gente.

Tienes miedo de que hagan algo que te haga parecer estúpido y de que los demás piensen mal de ti. En estas situaciones, a menudo te sonrojas y te sientes peor cuando te das cuenta.

  • Ataques de pánico. Un ataque de pánico se define como un episodio de miedo repentino e intenso acompañado de sensaciones físicas desagradables (por ejemplo, palpitaciones, falta de aire o mareos).

También presentan pensamientos catastróficos (por ejemplo, pérdida de control o miedo a la muerte). El trastorno de pánico se asocia a menudo con la claustrofobia.

Es cuando una persona se siente ansiosa en situaciones en las que podría desmayarse. 

Como en el metro, en un autobús o en un centro urbano abarrotado, por lo que evita utilizar el transporte público y necesita un asistente constante.

  • Agorafobia. Los afectados suelen temer que si sienten ansiedad en diferentes situaciones (palpitaciones, sudoración, etc.), no podrán abandonar su asiento o pedir ayuda en caso de emergencia.

Esto puede llevarles a evitar situaciones como utilizar el transporte público, ir a conciertos o a restaurantes

Un ejemplo sería una persona que teme desmayarse al subir al metro o al autobús y debe bajarse antes de llegar a la parada. Al fin y al cabo, no utilizan el transporte público.

Una sensación similar puede experimentarse al ir de compras o al estar en calles atestadas de gente.

  • Trastorno de ansiedad generalizada. Una condición en la que una persona se preocupa por una serie de problemas cotidianos. Tales como la escuela, el trabajo o la salud de sus hijos, lo que afecta a su sueño y concentración, haciéndola nerviosa y cansada.

Esto puede ocurrirle a alguien que siempre ha estado de mal humor y se ha preocupado desde la infancia por si sus padres prosperan o mueren. 

Lo que más le preocupa es si será capaz de aprobar el curso y si sus amigos le dejarán cuando les cuente sus problemas.

Como resultado, no puede descansar y está constantemente estresada. Algunos días también tiene dolor de cabeza y de estómago.

A menudo una persona tiene múltiples trastornos de ansiedad y otros problemas de salud mental al mismo tiempo (por ejemplo, depresión y adicción a sustancias psicoactivas).

La ansiedad puede ser grave

En general, este sentimiento se convierte en algo preocupante cuando se presenta ante algo que no corresponde a la situación que la persona está viviendo. 

Por ejemplo, si la mera visión de un ratón desencadena repentinamente el miedo, se trata de una fobia.

  • Cuando no te adaptas a las circunstancias

Los miedos son desadaptativos cuando se manifiestan de forma inadecuada, es decir, sin una base objetivamente válida. 

Por ejemplo, las molestias mayores causadas por una mosca. Las fobias pertenecen a este tipo de miedo.

  • Cuando se vuelve persistente o bastante frecuente

Los miedos leves causados por el entorno o el estilo de vida no se consideran normales si son bastante frecuentes o casi constantes. Puede tratarse de un trastorno de ansiedad generalizada.

  • Si es lo suficientemente intenso
  • Si la magnitud del miedo es desproporcionada con respecto al riesgo real, se trata de una fobia.
  • Si la magnitud es tan dolorosa que provoca la parálisis o la inhibición de la persona.
  • Si su magnitud está indicada por una crisis de angustia, se denomina ataque de pánico.

La ansiedad afecta a más del 50% de la población

Los trastornos de ansiedad son uno de los trastornos mentales más comunes. Esta cifra puede variar en función de las limitaciones existentes. 

Pero en general se acepta que una de cada cinco personas sufrirá un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. 

En el caso de los niños y adolescentes, la cifra es probablemente más cercana a 6 de cada 100.

El número de personas afectadas varía según la funcionalidad del trastorno, lo que sugiere que las fobias específicas son los trastornos de ansiedad más prevalentes.

En general, se considera que las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad que los hombres, aunque esta cifra varía según el trastorno y la edad. 

Por ejemplo, en el caso del trastorno de ansiedad social, el número de hombres y mujeres es más o menos igual. 

Y la diferencia entre hombres y mujeres es menos pronunciada en el caso de los niños y adolescentes que en el de los adultos.

Sin embargo, varios estudios han demostrado que los trastornos de ansiedad no tratados tienen más probabilidades de provocar trastornos crónicos

Esto refiere un mayor riesgo de padecer otros trastornos mentales como la depresión y el abuso de sustancias.

La ansiedad crónica puede interferir con otros sistemas corporales y aumentar el riesgo de enfermedades, especialmente gastrointestinales y cardíacas.

Tratamiento de los trastornos de ansiedad

  • Tratamientos psicológicos. Un tratamiento psicológico ha demostrado ser muy eficaz para muchos trastornos de ansiedad es la terapia cognitivo-conductual (TCC). El objetivo de la TCC es ayudar a la persona a enfrentarse a las situaciones que teme o a las que ya no puede hacer frente, sin evitar o reforzar el comportamiento.

El paciente y el terapeuta desarrollan un programa de procedimientos para hacer frente a la situación que provoca la ansiedad y para reducirla. 

Este procedimiento psicológico requiere la participación activa del paciente durante varias semanas o meses.

El cambio efectivo a través de este trabajo es muy importante para las personas con trastornos. 

Esto refuerza su autoestima, les permite seguir enfrentándose a situaciones de ansiedad y mantener las mejoras que han conseguido.

  • Tratamientos farmacológicos. Los trastornos de ansiedad se tratan siempre con tratamientos farmacológicos. Los más comunes son los antidepresivos, conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que tienen efecto después de unas semanas.

Aunque estos fármacos se denominan antidepresivos, también se han estudiado ampliamente en el tratamiento de la ansiedad

Mientras se espera una respuesta a los antidepresivos, se pueden recomendar las benzodiacepinas, otro grupo de fármacos, durante un tiempo relativamente corto.

Si se prescriben estos fármacos, debe informarse al paciente de los efectos secundarios y de la duración del procedimiento, y de que no es deseable una interrupción brusca.

Investigación de los trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad suelen diagnosticarse entrevistando a los pacientes mediante formularios. 

La investigación actual se centra en el aprendizaje y la adaptación de formularios específicos para la población y el idioma para identificar mejor a las personas con trastornos de ansiedad.

También se está investigando sobre intervenciones psicológicas de grupo para personas con trastornos de ansiedad y sus familiares.

Las nuevas tecnologías también desempeñan un papel importante en el tratamiento de los trastornos mentales

Por ejemplo, se está investigando si el uso de teléfonos de alta potencia y realidad virtual puede ayudar a las personas con fobias a enfrentarse a situaciones que les provoquen ansiedad. 

Esta información podría ser valiosa para mejorar el tratamiento.

Prevención de la ansiedad

Es imposible saber cuándo o en qué circunstancias se desarrollará un trastorno de ansiedad. Sin embargo, si eres propenso a la ansiedad, hay formas de controlarla. 

La ansiedad debe tratarse en una fase temprana, ya que con el tiempo puede resultar más difícil de tratar.

También es importante evitar las drogas y el alcohol, evitar la cafeína y hacer ejercicio regularmente.

Según Chand, hay varias formas de prevenir los trastornos de ansiedad.

  • Desarrolla un repertorio de estrategias de gestión del estrés, como hacer el trabajo por etapas, programar y planificar de forma flexible el trabajo y el empleo. Compartir las responsabilidades en lugar de hacerlo todo uno mismo. Incorpora hábitos de relajación en su rutina diaria para evitar el estrés.
  • Las buenas relaciones y los sistemas de apoyo social actúan como fuerza protectora. El desarrollo de habilidades interpersonales y de comunicación puede ayudar a reducir el estrés asociado a las relaciones sociales, a veces difíciles.
  • Es necesario llevar un estilo de vida saludable que incluya un sueño sano, una alimentación sana, ejercicio regular y cuidados personales.
  • Desarrollar estrategias de afrontamiento para poder lidiar con las situaciones estresantes en lugar de evitarlas. El uso de estrategias de afrontamiento del estrés ha demostrado ser eficaz para reducir el estrés y la ansiedad.

Una perspectiva más optimista puede lograrse deliberadamente reconociendo las actitudes negativas y tendenciosas y desarrollando una actitud más equilibrada. 

Cuanto antes se haga, más posibilidades habrá de evitar los trastornos de ansiedad.

También es importante tener una buena educación en salud mental, dice Chand

«Hay muchas formas de prevenir las enfermedades mentales, pero sin información puedes sentirte impotente”.

“La educación en salud mental puede allanar el camino hacia una sociedad mentalmente sana. 

Lo ideal sería que las escuelas ofrecieran una educación temprana en materia de salud mental», asegura, y añade que la introducción de estos programas ha tenido resultados positivos.

Preguntas frecuentes

¿Qué medios naturales pueden utilizarse para reducir la ansiedad?

Los cambios en el estilo de vida pueden ser una forma eficaz de reducir el estrés y la ansiedad en la vida cotidiana. 

Muchos remedios naturales incluyen la protección del cuerpo, la realización de actividades sanas y la evitación de actividades insanas. He aquí algunas de ellas:

  • Descanso adecuado
  • Meditación
  • Actividad física
  • Hábitos alimenticios saludables
  • Evita el alcohol
  • Evitar la cafeína
  • Dejar de fumar

Si crees que estos cambios en el estilo de vida son una forma positiva de reducir la ansiedad, investiga para saber más sobre cada uno de ellos. 

También hemos incluido algunas otras ideas para ayudarte a controlar la ansiedad.

¿Pueden los traumatismos causar el trastorno?

Hay varias explicaciones posibles para estos trastornos.

El trauma, cuando una persona se enfrenta a una situación que amenaza su historia o todo su ser, aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad.

Sin embargo, la mayoría de las personas que experimentan un trauma no desarrollan trastornos de ansiedad. Muchas personas desarrollan trastornos de ansiedad sin sufrir un trauma.

El trauma es uno de los factores que puede aumentar el riesgo de padecer trastornos de ansiedad, pero no es el único factor que puede causar un trastorno de ansiedad.

¿Puedo volver a tener ansiedad después de la recuperación?

Muchas personas que han sufrido trastornos de ansiedad en el pasado pueden volver a experimentar síntomas. 

Una gran parte del proceso, la última, es prevenir estas recaídas y saber cuándo buscar ayuda de nuevo.

¿Cuándo se convierte la ansiedad en patológica?

La ansiedad se considera patológica cuando es desproporcionada con respecto a la situación, persiste durante un largo periodo de tiempo y afecta a la vida personal y social.

Ansiedad normal

  • Una respuesta que se adapta a un estímulo y cuya duración es proporcional al estímulo.
  • Se hace hincapié en la reacción del individuo ante una amenaza.   
  • Esta puede tener un impacto positivo en el rendimiento y ayudar a aprender nuevas respuestas.
  • Esta sucede todo el tiempo en presencia de estímulos.       

Ansiedad patológica

  • Una reacción cuya magnitud y duración son exageradas.
  • Se centra en el miedo a las consecuencias físicas de la amenaza («Si está tan taquicárdico, podemos tener un problema de corazón»). Si los demás me ven sonrojado, pensarán que soy un ingenuo»).
  • Cuanto menos reconozcamos nuestras reacciones a la presión real o imaginaria, más puede afectar a nuestro rendimiento.
  • Puede revelarse mediante el pensamiento o la imaginación incluso en ausencia de estímulos. A veces se produce de forma espontánea, por ejemplo, en caso de un ataque de angustia espontaneo.